El Dr. Bach (1886/1936), médico creador de un sistema inofensivo y eficaz frente a la enfermedad decía que cuando aparece el síntoma, es el “último eslabón de la cadena”.


Primero se enferma el alma. Y, si no lo resolvemos, llegará al cuerpo y a las emociones.


El cuerpo grita lo que el alma calla.


“Por eso la necesidad de ver al ser humano como un todo en cuerpo, mente y alma, dado que los elixires florales actúan liberando los patrones de conducta y pensamiento que producen el desequilibrio. Nuestra salud y bienestar depende de estar en armonía con nuestra propia alma”


Si logramos vivir amando, cada cosa que hacemos y vibrando en nuestra genuina y verdadera sintonía, podremos desarrollar nuestro YO SUPERIOR.


Las Flores de Bach actúan a nivel sutil y emocional, logrando profundos cambios de estado, por lo que es muy beneficioso indicarlos luego de una sesión de Psicoterapia.


Si cuerpo y alma están alineados,

las dificultades se irán esfumando

como la niebla ante los rayos del sol.